[1978] WordStar

[1978] WordStar

En una época en la que escribir en una computadora aún era un lujo reservado a científicos y empresarios, WordStar irrumpió en 1978 como un punto de inflexión para los usuarios de sistemas CP/M, convirtiéndose en el primer procesador de texto realmente popular y accesible para microcomputadoras. Su impacto fue tal que, durante los primeros años de la década de los 80’s, se volvió casi sinónimo de “procesador de textos”.

Desarrollado por Seymour I. Rubinstein y programado por Rob Barnaby en MicroPro International, WordStar no fue simplemente un programa más: representó el momento en que los sistemas personales dejaron de ser considerados máquinas de laboratorio o de cálculo para convertirse en herramientas creativas y productivas para escritores, periodistas, abogados, programadores y estudiantes.

A diferencia de otros procesadores de texto de la época (muchos de ellos estrictamente orientados a sistemas mainframe o incapaces de manejar adecuadamente el formateo del texto) WordStar ofrecía una interfaz poderosa, flexible y relativamente intuitiva, basada en comandos de teclado que hoy aún evocan nostalgia en quienes lo utilizaron. Fue también el primer software de escritorio ampliamente distribuido en formato comercial para el entonces dominante sistema operativo CP/M, corriendo en computadoras como la Osborne 1, la Kaypro y sistemas Altair o IMSAI equipados con procesadores Zilog Z80 o Intel 8080.

El programa tuvo un éxito explosivo y se convirtió en el estándar de facto durante varios años, especialmente en la transición hacia las computadoras IBM PC y compatibles. Autores como George R.R. Martin, creador de Juego de Tronos, han declarado que aún hoy siguen usando WordStar 4.0 en MS-DOS para escribir, por su rapidez, simplicidad y ergonomía basada en atajos de teclado.

Lanzado oficialmente en septiembre de 1978, su nombre original está basado en una aplicación anterior de Barnaby llamada NED (New Edit), reescrita luego como WordStar. Creado para el sistema operativo CP/M 2.2 o superior, luego fue portado a otros sistemas como MS-DOS y PC-DOS. Tenía un tamaño de aproximadamente 64 KB y para funcionar requería un CPU Z80 o 8080, al menos 48 KB de memoria RAM y una unidad de disquete.

La interfaz de WordStar no era gráfica, sino basada en texto puro. No tenía menús desplegables, sino que funcionaba mediante comandos combinados del teclado. El sistema de atajos de WordStar se mantuvo en la memoria muscular de generaciones de usuarios, y fue adoptado por muchos otros programas posteriores. Fue especialmente valorado por su potencia y velocidad en plataformas de 8 bits. Veamos algunas de sus funciones clave:

  • Edición de texto sin modos (modo de comando + edición simultáneos)
  • Combinación de teclas CTRL+letras como comandos (por ejemplo, CTRL+K+S para guardar)
  • Justificación de texto, sangrías, párrafos y encabezados
  • Manejo de múltiples documentos
  • Plantillas de impresión para distintos modelos de impresoras matriciales
  • Composición de cartas, informes, libros y código fuente

Entre los años 1980 y 1985, WordStar fue el procesador de texto más vendido del mundo. Tanto que, para 1982, WordStar tenía aproximadamente el 70 % del mercado de procesadores de texto personales. Se convirtió en el software estrella del sistema CP/M, y una de las principales razones por las que las computadoras portátiles como la Osborne 1 fueron exitosas.

Además de CP/M, fue portado a otras plataformas como DOS (IBM PC y compatibles), Apple II (con CP/M o DOS 3.3), Osborne 1, Kaypro II y Tandy TRS-80 Model 4. Sin embargo, con la llegada de WordPerfect en 1982 y más tarde Microsoft Word, WordStar comenzó a perder cuota de mercado. La interfaz se volvió menos intuitiva comparada con los nuevos entornos gráficos, MicroPro no actualizó el producto con suficiente rapidez ni supo adaptarlo bien a Windows, y finalmente en 1989 fue adquirida por SoftKey y luego desapareció del mercado general.

De todas maneras, WordStar dejó una huella indeleble en la historia del software de productividad. En una época donde las computadoras personales apenas comenzaban a definir su utilidad, WordStar fue más que un procesador de texto, mostró que escribir en pantalla podía ser más potente, flexible y profesional que en papel.

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