Los grandes genios: Jack Tramiel

Los grandes genios: Jack Tramiel

Jack Tramiel nació el 13 de diciembre de 1928 en Lódz, Polonia. En 1947 emigró a Estados Unidos luego de haber sobrevivido al infierno de Auschwitz. Posteriormente a su paso por el ejército norteamericano fundó la empresa Commodore en 1958, que comenzó como una humilde empresa dedicada a la reparación de máquinasd de escribir en Canadá. Hacia 1966, el negocio se orientó a la comercialización de calculadoras, pero la feroz competencia entre Texas Instruments y los fabricantes japoneses de calculadoras comenzaron a debilitar las ganancias de Commodore. Una oportuna inyección de capitales permitió la compra de MOS Technology, creadores del mítico procesador 6502 y uno de los circuitos integrados de mayor relevancia en la historia de la informática. Sin embargo, Commodore continuó perdiendo terreno en el negocio de las calculadoras y Tramiel pronto se daría cuenta que debía buscar terrenos más fértiles.

Mientras Commodore luchaba por sobrevivir, en 1977 nace la PET 2001, la primer computadora de la empresa, que se había concebido para probar el 6502. Entonces, Tramiel tomaría una decisión clave que terminaría repercutiendo en el futuro su relación con las cadenas intermediarias al vender Commodore las computadoras directamente al por mayor, para evitar el costo de establecer una red de ventas. Por otro lado, toda computadora necesita herramientas para que se convierta en algo útil. El BASIC, un lenguaje de programación creado en 1964, había comenzado a aparecer desde mediados de los años 70’s en algunas computadoras de la mano de una pequeña empresa llamada Microsoft, y rápidamente se estaba popularizando en la naciente industria de la informática para el hogar.

Para ese entonces, Tramiel ya tenía fama de duro y sagaz negociador en todos los aspectos de su empresa, desde las condiciones de contratación de personal hasta los costos de los componente electrónicos. El mismísimo Bill Gates sufriría en carne propia la inteligencia de Tramiel para conseguir el mejor trato. Cuenta la leyenda que, inicialmente, el fundador de Microsoft aspiraba a que se pagara una licencia por cada BASIC que se instalara en la ROM de todas las computadoras que fabricase Commodore, en razón de 3 dólares cada una. Tramiel desestimó esta exigencia y, a cambio, ofreció comprar una licencia global por tiempo indeterminado por solamente 25.000 dólares. En ese momento, Bill Gates no podía saber que durante los siguientes años todas las computadoras de Commodore tendrían el mismo BASIC integrado. Con el tiempo, Commodore alcanzó volúmenes de ventas en el orden de los millones de computadoras vendidas, evitando de esa manera que Microsoft ganara una fortuna. La leyenda también cuenta que Jack Tramiel fue el único que pudo doblegar a Bill Gates.

En enero de 1977, Commodore se convirtió en la primera compañía en anunciar una computadora personal para los hogares. Entre las características de la PET 2001 sobresalían sus 4 Kb. de memoria junto a su teclado y monitor integrados en la carcasa, todo por 595 dólares. El suceso inicial de Commodore precedió al de muchos de sus competidores, incluyendo Apple, y atrajo a otros fabricantes como Radio Shack y Atari.

Si bien Tramiel era un duro hombre de negocios, muchos de los empleados de Commodore formaban parte de su círculo íntimo y los consideraba parte de su familia. Estas personas mantenían una cierta libertad dentro de la empresa para llevar adelante proyectos especiales pero siempre supervisados estrechamente por Tramiel. La elevación a este círculo era por haber logrado ciertas metas establecidas, aunque también ocurría con frecuencia la expulsión de esa condición de gracia por haber cometido alguna equivocación. Estos métodos imprimirían a Commodore un constante estado de ebullición, dinamismo y terror del que pocos pudieron escapar. No obstante, la PET 2001 tuvo un gran éxito en Europa, en donde la mayoría de la producción comenzó a venderse con un mayor margen de ganancia, tanto en Gran Bretaña como en Alemania. Se estableció así la base de la fuerte presencia de Commodore en Europa y el desarrollo de máquinas profesionales para esa región.

Con la expansión del mercado, la aparición de nuevos actores en la escena del negocio de la fabricación de computadoras y el éxito sostenido de Apple a partir de 1978, pronto quedaría claro que aparte de las distintas versiones de la PET, Commodore tendría que desarrollar algo radicalmente nuevo. Para Tramiel los negocios eran la guerra, frase que utilizaba de forma recurrente para lograr bajar aún más los costos de fabricación. Sin embargo, su estilo despiadado de conducción le había hecho ganarse una mala reputación. Una visita suya a una División de la compañía fácilmente podía dejar un rastro de devastación y, a menudo, en forma de despidos. Pero la presión de Tramiel daría sus frutos cuando, en 1981, Commodore lanza al mercado su primera computadora a color, la VIC-20. En una masiva campaña publicitaria, William Shatner destacaba las bondades del producto. El éxito no se hizo esperar, y para el año siguiente la VIC-20 se había convertido en la computadora más vendida del mundo.

Sin embargo, Tramiel quería una computadora con 64 Kb de RAM para mediados de 1982. A un precio de 595 dólares, y concebida nuevamente como un producto de bajo costo, la Commodore 64 tenía como objetivo atacar la base de usuarios de Apple. De esta forma, la frase «computadoras para las masas, no para las clases» se convirtió en el grito de guerra de Commodore, y de Tramiel. La primera víctima de este modelo de negocios fue Texas Instruments, obligada a retirarse del mercado al no poder sostener la contínua guerra de precios a la que fue sometida. La venganza contra su viejo enemigo (que le había arrebatado el negocio de las calculadoras) se había consumado. Este suceso también mantuvo a los fabricantes de computadoras japoneses fuera de Estados Unidos por un tiempo bastante largo al no poder competir contra una empresa que tenía integrada verticalmente toda su línea de producción. La salida de Tramiel de Commodore por divergencias con el principal tenedor de acciones fue tan intempestiva como su manera de manejarse dentro de la compañía y también sería traumática para la empresa. Pero no pasaría mucho tiempo antes de que volviera al juego.

A principios de 1984 Atari se encontraba en serios problemas financieros. La saturación del mercado de consolas de videojuegos había llevado a toda la industria a un estallido de extensas proporciones. Por otro lado, el fiasco de fracasos estrepitosos como los de algunas franquicias millonarias para la Atari 2600 (E.T. y Pacman) había sumido a la empresa en una espiral financiera descendente. Para entonces, la reorganización que estaba llevando adelante Warner Communications había sido interrumpida y Atari puesta en venta.

Luego de meses de negociaciones, Tramiel se hizo cargo de una parte de Atari (Atari Corp.) por 240 millones de dólares, dedicándose a la división informática y consolas de videojuegos. La liquidación del stock remanente de videojuegos y computadoras que se habían fabricado en el período anterior permitió la financiación de la nueva generación de computadoras de 16 bits (la línea ST) y la actualización de la de 8 bits (la línea XE).

Bajo la nueva conducción de Tramiel, Atari recortó los costos de producción fabricando computadoras de grandes prestaciones pero a un precio reducido, y su lema «Poder sin el precio» se convertiría en bandera. Fiel a su estilo, Tramiel continuó teniendo una relación conflictiva con sus proveedores y clientes, obligando muchas veces a tratos injustos entre las distintas cadenas de comercialización. Aunque Atari compitió palmo a palmo con los nuevos productos de su antigua compañía, la estrategia rindió por poco tiempo.

A fines de los años 80’s el avance inexorable de los clones de PC hizo que Atari y Commodore paulatinamente perdieran la escasa fracción de mercado que tenían, aunque darían pelea hasta bien entrada la década siguiente. Para entonces, Jack Tramiel había traspasado las operaciones habituales a manos de sus hijos, dejando atrás un tendal de heridos y una historia que lo convertiría en uno de los personajes más significativos, controvertidos e ineludibles de la historia de la informática.

Jack murió el 8 de abril de 2012 de un ataque al corazón a la edad de 83 años.

Autor: Diego Gustavo Macchi (2012)
Adaptación del artículo original publicado en la Revista de Tecnología e Informática Histórica

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3 comentarios

  1. Mauro Rodriguez

    Este tipo fue un genio, y a la vez papá Jack, como suelen llamarle los usuarios de Atari y Commodore. Fue el único que fue dueño de 2 grandes marcas de la retro informática. Un oportunista nato, pero un tipo que efectivamente tenía un solo objetivo: bajar los precios. La computación no era algo masivo, era caro y elitista. Terminó fundiendo a Texas Instruments porque Texas quizo hacer lo mismo 10 años antes con las calculadoras. Fue el único que pudo ver en Chuck Peddle su potencial. Hizo diseñar a Shiraz Shivj, un ingeniero de la India que no conocía nadie, y fue el Team Leader de la creación de la C64 (es el alter ego de Jay Miner) y luego diseñó la Atari ST en 5 meses. Tenía visión, sin dudas. Perdió varios tratos como el de distribuir la Sega Genesis, que no es un mito, el propio Jack le cambió el nombre de Mega Drive a Genesis para Estados Unidos, y así quedó. RIP Jack Tramiel.

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