En 1961 un tal Steve Russell, cansado de hablar con sus amigos nerds del MIT sobre naves espaciales y la conquista del espacio, se puso a pensar en un videojuego, algo de por sí prodigioso para la época ya que prácticamente ni habían sido inventados. Apenas un año después, Russell ya estaba trabajando en su idea. Usando una computadora PDP-1 del tamaño de un ropero, que funcionaba con tarjetas perforadas, Steve finalmente terminó su juego, al que llamó Spacewar!.
El planteo de Spacewar! era el siguiente: dos naves en un entorno 2D muy rústico, con pantalla fija en blanco y negro, combatían entre sí. Las batallas tenían que ser entre jugadores, ya que no existía la memoria suficiente para programar lo que hoy se conoce como Inteligencia Artificial. Spacewar! fue verdaderamente el primer videojuego más o menos masivo, ya que gracias a ArpaNet, el precursor de la actual Internet, se esparció por otras universidades. Russell no patentó su juego porque quería que fuese de libre circulación, y sin saberlo se convirtió en un verdadero pionero del software libre.
La creación de Russell influyó de manera significativa en la vida de Nolan Bushnell, el verdadero protagonista de esta historia. Es que los primeros pasos de Bushnell en el mundo de los videojuegos fueron con Computer Space, un clon de Spacewar!. A principios de los años 70’s, Nolan comenzó a desarrollar un prototipo de máquina operada con monedas (Coin-Op o máquina recreativa) que imitara el juego de Russell. Así fue como nació Computer Space, un verdadero clon comercial de Spacewar! y el primer videojuego operado con monedas.
Sin embargo, el juego fue un rotundo fracaso. Computer Space era demasiado difícil de manejar para la mayoría de las personas que nunca habían visto un videojuego en su vida. Tenía demasiadas perillas y botones, y eso espantó a los potenciales clientes, que sólo querían pasar un rato divertido sin complicaciones. Por suerte, Bushnell aprendería de sus errores y PONG, su próximo juego, sería un hit sin precedentes.
Con la idea en mente de crear un juego simple y divertido, Nolan reclutó a su amigo Ted Dabney y se asociaron. La empresa, que en un primer momento se llamó Syzygy, en junio de 1972 pasó a llamarse Atari. No muchos lo saben, pero «Atari» es una especie de Jaque Mate en el juego de tablero chino Go, juego del que Nolan siempre fue muy fanático. Atari se fundó con apenas 500 dólares, 250 de Nolan y 250 de Ted.
Con Atari ya oficialmente establecida, Bushnell buscó inspiración en la Magnavox Oddyssey, la primera consola comercial de la historia. La Oddyssey tenía un juego que a Nolan le encantó por su simpleza. Ese juego era Tennis y fue idéntico a lo que luego sería PONG. El responsable de la programación de PONG fue Allan Alcron, y el primer prototipo fue probado en un bar de Sunnyvalley, cuyo dueño era Andy Capps. Andy no era muy afecto a las cosas electrónicas, pero Nolan lo terminó convenciendo. No habían pasado más de unos días, cuando Capps llamó a Bushnell para decirle que su máquina era una porquería, que no andaba. Resultó ser que la máquina estaba tan atestada de monedas y por eso había dejado de funcionar. ¡El juego era un verdadero éxito! Consciente de las posibilidades de su invención, Nolan decidió que no vendería la licencia a nadie.
Bushnell necesitaba capital. La inversión inicial de 500 dólares era insuficiente para hacer frente a la demanda que esperaban. Después de muchas idas y vueltas, Nolan consiguió un crédito bancario por 50.000 dólares, una cifra que (aún entonces) era muy poco dinero. Bushnell tuvo que pensar mucho en cómo llevar a cabo su plan con tan poco capital. Fue entonces que, iluminado por su increíble genio comercial, alquiló una pista de patinaje abandonada, contrató algunas personas desempleadas y comenzó la producción de las máquinas recreativas.
La mano de obra no era especializada, muchos ni siquiera tenían conocimientos de electrónica, pero a Bushnell eso no le preocupaba, y se empeñó en enseñarles el oficio a todos los nuevos empleados. Poco a poco, fueron aprendiendo y se fue cubriendo la demanda de unidades. Para fines de 1972, Atari ya había vendido más de 8500 máquinas con un costo de 500 dólares y un precio de venta de 1500. La empresa comenzó a crecer a pasos agigantados.
Pero no fue solo Atari la que ganaba dinero. El trato también fue generoso con todos los que compraran el juego. La máquina recreativa hacía un promedio de 200 dólares por semana y los dueños de los bares estaban contentísimos con Atari. Para finales de 1974, todos los bares de Estados Unidos tenían un PONG. El problema para Bushnell, sin embargo, era que sólo un tercio de esas máquinas eran de su propiedad. Con el éxito de PONG, y ante la ausencia de licencias, fueron decenas las empresas que comenzaron a hacer clones, que se vendían más baratos que el juego original.
El éxito de PONG atrajo la atención de Ralph Baer y la empresa Magnavox, que reclamó a Nolan Bushnell el pago por el uso de la patente escrita por Baer. Bushnell, sabiéndose perdedor, no quiso ir a juicio. Finalmente, terminó pagando 700.000 dólares por un contrato que permitía comercializar todo tipo de juegos sin pagar ningún tipo de royalties. A partir de allí estalló lo que hoy se conoce como La Fiebre de los Coin-Ops. Decenas y decenas de máquinas recreativas salían año tras año, y así fue como comenzó la verdadera industria de los videojuegos.
A pesar de que a Atari le estaba yendo muy bien haciendo máquinas recreativas, la cantidad de clones que había en el mercado, junto con la competencia de otras empresas con juegos propios, achicaba el margen de ganancias. Bushnell quería y necesitaba capitalizar sus títulos de otra manera. Así, en 1974, Atari comenzó a trabajar en una versión hogareña de PONG, lo que sería el antecedente de una de las consolas más importantes de la historia: la Atari 2600.
Atari se puso a trabajar en el desarrollo de su propio sistema de juegos con cartuchos intercambiables. Lo que Nolan Bushnell quería era darle mayor vida útil a sus juegos, para tener ventas más sostenidas a lo largo de los años. La idea era excelente y Atari tenía todo para realizarla, menos el dinero. Bushnell comprendió entonces que, si quería convertirse en un gigante, necesitaría el capital necesario. Con ese fin, en 1976 vendió la compañía a Warner Communications con la promesa de que pronto terminaría el desarrollo del sistema.
Así, en 1977 la Atari VCS (Video Computer System), mejor conocida como Atari 2600, salió al mercado. Pero la gente ya estaba un poco asqueada de jugar al PONG y le costaba comprender eso de los cartuchos intercambiables. Por esta razón, las ventas de la Atari 2600 fueron lentas en un comienzo. Poco a poco, a medida que los clientes comprendían su potencial, el sistema comenzó a ganar popularidad.
Recién en 1980 la Atari 2600 se convertiría en un verdadero hito de ventas, con la licencia del juego Space Invaders, de Taito. Space Invaders, lanzado en 1978, había tomado por asalto los salones de máquinas recreativas. Cuando Atari licenció el juego, prometiendo que todos podrían jugarlo en la comodidad de su hogar, las ventas crecieron exponencialmente. En los próximos años, Atari ganó 2 mil millones de dólares en ventas de consolas y juegos.
Para entonces, Nolan había sido prácticamente echado de la compañía que construyó desde sus cimientos. Las razones fueron varias: la política liberal de Bushnell sobre los empleados de Atari, la estrategia de software cerrado y la duración de la vida útil del sistema VCS. Lo cierto es que, luego del videogame crash de 1983, Atari ya nunca fue lo mismo sin él.
Atari era el Google de los 70’s. En su edificio se podía andar descalzo, fumar faso y tomar alcohol. Bastante cool para la época, pero amén de ésto hay 3 épocas en Atari: la de Bushnell, la de Ray Kassar (Time Warner) y la de Papá Jack (Jack Tramiel) y ésto no quedó muy claro en el texto. Muchos prefieren la última, muchos la primera. En la primera tenemos a Al Acorn y a Jay Miner a bordo, y en la última tenemos a todo el team de Commodore a bordo y manejandose cagadas como la Jaguar y matando la Atari Falcon que era un maquinón y la última computadora echa por Atari.
En fin, Atari siempre fue una caja de contradicciones, amores y odios. A mi particularmente, es amor. Mi primera computadora personal fue una Atari 800XL en septiembre de 1985. Luego de toquetear una Texas Instruments TI-99/4A en 1984, en la escuela, un colegio privado de Salta que tenía mi tía, sabía que esto era para mi. La 800XL superaba en todo a la TI, pero era la máquina correcta en el lugar incorrecto (Argentina). Acá dominaba Commodore y su fabricación nacional de pésima calidad echa por Drean, con todo el resabio o resaca que no podían usar en USA. En Chile, por ejemplo, era al revés. Ahí reinaba Atari, y en Brasil reinaba Spectrum.
En fin, haciendola corta, ¿contribuyó Atari a la historia de la informática y la tecnología? Obvio que sí. Conceptos como el display list de la Atari 2600 que diseñó Jay Miner luego fueron usados en la Amiga y hasta en las propias Sillicon Graphics. El concepto de Chips de Ayuda al CPU, el puerto SIO que fue el predecesor al USB actual, y varias cosas más. Asi que, gracias Atari por toda la contribución. Ahora sale la consola nueva, la Atari VCS 400 y 800, que obviamente será un fracaso, pero bue, igual la voy a comprar.