Streets of Rage 2

Streets of Rage 2

En 1993, apenas un año y unos pocos meses después desde el lanzamiento del primer Streets of Rage, la secuela superó al original, tanto en técnica como en jugabilidad, con una distancia abrumadora. A pesar de que el primer Street of Rage sigue siendo superior en lo musical, lo que hicieron Ancient y MNM Software con esta continuación de la saga fue sencillamente brutal.

El tamaño de los sprites, la animación, la incorporación de de más movimientos y dos nuevos personajes, todo eso unido a un mayor número de fases, dieron como fruto uno de los mejores juegos del catálogo de la SEGA Mega Drive/Genesis, y uno de los mejores de todos los tiempos.

Tras firmar la inolvidable banda sonora de la primera entrega, Yuzo Koshiro se involucraría aún más en la creación de esta secuela, ya que Ancient (la compañía fundada por Yuzo y su madre) sería la responsable de crear Streets of Rage 2 junto a MNM Software.

El notable éxito comercial de Street of Rage aflojó los bolsillos de SEGA, que dio al equipo de trabajo luz verde para contar con una ROM de 16 MB a la hora de crear una explosiva secuela con cuatro personajes seleccionables. Serían Axel y Blaze, junto a dos nuevas incorporaciones: Max, y el pequeño y ágil Skate, el hermanito de Adam. El policía del codazo atómico pasó de ser uno de los tres personajes jugables del primer Street of Rage a convertirse en víctima de un secuestro.

La decisión, que disgustó a muchos, fue responsabilidad de la hermana de Yuzo, Ayane. Ella y su talento fueron el verdadero motor creativo de Street of Rage 2, al ponerse al frente no solo de la dirección de arte, sino también del diseño de los personajes y el catálogo de movimientos. Por ese entonces, tanto Yuzo como Ayane estaban enamorados de Street Fighter II, al punto tal de comprar el arcade e instalarlo en las oficinas de Ancient.

Los combos del clásico juego de Capcom influyeron en la mecánica de combate de Street of Rage 2 y en algunos de los movimientos especiales que se incorporaron, los cuales consumían parte de la barra de vida, igual como sucedía en Final Fight.

La principal labor de Yuzo fue la de componer la banda sonora y el resultado fue un catálogo de melodías techno aún más audaz que las del primer juego, y que puso al límite el potencial sonoro de la Mega Drive. Algunos temas, como el de la primera fase, se han convertido en auténticos himnos.

La huella que dejó Street of Rage 2 es imborrable y fue la culminación del género en la SEGA Mega Drive. Más tarde, la tercera parte pecó de ambiciosa y perdió la frescura, el ritmo y el aroma de puro arcade recreativo.

Fuente: Hobby Consolas N° 368

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