En julio de 2018, cuando finalmente me mudé a mi propio departamento, logré (por primera vez) armar una habitación completa dedicada exclusivamente a las home computers. Desde que comencé a coleccionar computadoras antiguas, en 1999, nunca antes había tenido la posibilidad de guardar y organizar todas las máquinas en un mismo espacio.
Previo a eso, y por circunstancias de la vida, siempre había tenido la mayoría de mi colección almacenada en cajas de cartón, dentro de uno o más placares, y apenas un lugar pequeño para poder armar y usar uno o dos equipos. Ello sumado a la cantidad de mudanzas que se fueron sucediendo con el paso de los años, una gran parte de mis home computers no se conectaron ni encendieron durante mucho tiempo.
Sin embargo, lograron sobrevivir a los avatares del destino, y supe (a pesar de todo) conservar todos y cada uno de los tesoros informáticos que fueron llegando en los más de 20 años de coleccionismo, con paciencia para soportar la espera y también con la fuerte convicción de que en algún momento llegaría el día en que todas esas reliquias encontrarían su lugar.
Al momento de armar la habitación, tenía una mesa mediana de 120×60 cm., un escritorio de 125×75 cm. y una estantería móvil de 90×165 cm. con un total de 5 estantes. No estaba mal para empezar, pero era claramente insuficiente para acomodar todo.
Siempre está bueno recordar el comienzo de las cosas. Fabricada por mi padre, la primer estantería que llegó a la que hoy es la retrocueva significó el inicio del sueño, y recién entonces pude empezar a llevar de a poco parte de la colección. Luego, y siempre gracias al ingenio y pericia técnica de mi padre, instalamos una serie de estantes reforzados en el hueco reservado para el placard. Esos estantes ampliaron en gran medida el espacio de guardado, y allí terminaron las cajas llenas de computadoras.
Más adelante, en 2022, todavía no tenía un espacio de trabajo lo suficientemente cómodo para instalar y conectar varias home computers a la vez. Por fortuna, encontré exactamente lo que necesitaba: una mesa de 160×80 cm. que se transformó en la solución ideal porque me permitió, junto con el escritorio y la otra mesa, tener hasta un total de 12 computadoras armadas y funcionando en forma simultánea.
Es ahí, sobre esa mesa de trabajo, donde voy rotando equipos, probando diferentes dispositivos de hardware, periféricos y aplicaciones de software. También, cada tanto, se convierte en una sala de videojuegos repleta de consolas clásicas de SEGA, Nintendo o Sony. Un lugar de disfrute del hobby que tardó más de dos décadas en llegar, pero que terminó de confirmar que la espera valió la pena.
Un sueño hecho realidad.
Hermosa retro cueva, el sueño de todos los retro hobbystas. En mi caso solo tengo algunas cositas en medio de un quilombo, algún día quizá tenga un lugar mas decente. Esto es inspirador y sé que lleva tiempo y años. Mis felicitaciones y gracias por todo lo que haces por el hobby. ♥️